Frida Kahlo.

 

Colección Grandes Mujeres, RBA.

Año de publicación: 2019.

 

 

 

Sinopsis.

Frida fue una mujer que dio alas a su creatividad para escapar del dolor. Una enfermedad y un accidente marcaron su vida desde niña, pero su desbordante personalidad, su rebeldía y su tremendo carácter hicieron que emergiera como uno de los grandes iconos femeninos del siglo XX. Amó mucho, libre y apasionadamente, y compartió con intelectuales y artistas una vida rica en experiencias. Su genialidad y sus vivencias quedaron plasmadas en sus coloridas obras, con las que se convirtió en una de las artistas más reconocidas de la historia.

Opinión.

No sé por dónde empezar. Creo que es la única biografía que he leído acerca de un personaje que me genera sentimientos encontrados, por definirlo de alguna manera. Empezaré por lo más básico para centrarme, después, en el personaje.

A nivel del libro como tal, solo puedo repetir lo que ya he dicho en los anteriores. Está bien escrito, bien estructurado y, por ello, se convierte en una lectura fácil que te engancha desde el prólogo y te hace querer saber más acerca del personaje del que estás leyendo. Es algo más cortito (187 páginas en concreto), bien documentado y con bastantes fotos de la época, tanto de Frida, como de sus familiares o alguna de sus obras.

Bien, pasemos al personaje. ¿O debería escribir PERSONAJE? Porque… ¡madre mía! ¡qué mujer! Sí, definitivamente, es un personaje con mayúsculas. Es una mujer hecha a sí misma, con todo lo que eso conlleva. Llega a ser una persona de una complejidad asombrosa, convirtiéndose muchas veces en una antítesis consigo misma; complejidad que, también, dejó reflejada en su obra.

«Creían que yo era surrealista, pero no lo era. Nunca pinté mis sueños. Pinté mi propia realidad».

Me fascina la capacidad que tuvo de sacar fuerzas de flaqueza para afrontar los episodios más dolorosos de su vida, tanto los que le produjeron dolor a nivel físico como los que se lo produjeron a nivel emocional. Al final, supongo que Frida fue lo que fue debido a ella misma, que gozaba de unas virtudes excepcionales como la inteligencia desbordante, su inconformidad, su coraje y valentía, y a su entorno.

Hay que recordar que nace a principios del siglo XX en México, en una sociedad machista y en la que no estaba bien visto que las mujeres estudiasen, ni se afiliaran a partidos políticos ni nada que no tuviera que ver con el hecho de cuidar la casa, dedicarse a rezar y a cuidar de los hijos. Pero ella, desde joven, supo hacer de su capa un sayo y ponerse el mundo por montera. Es el ejemplo de la tenacidad, el trabajo, la motivación y la rebeldía en su estado de máxima expresión.

Pero hay una parte de ella con la que no consigo reconciliarme y hay una cita que define exactamente lo que quiero decir: «Sufrí dos accidentes graves en mi vida. El primero ocurrió cuando me atropelló un tranvía. El otro accidente es Diego».

Sí, efectivamente: Diego Rivera, su pareja. No sé si he llegado a entender esa relación tormentosa que se estableció entre los dos, esa admiración enfermiza mutua, pero una de las cosas que más me asombra es ver cómo ella, siempre se repuso a todo una y otra vez, tanto pintando como poniendo en práctica un ejercicio de perdón continuo, cosa que me parece, incluso, de admirar. Aun así, me parece un personaje muy controvertido, quizá por ese carácter complejo, y por todas esas contradicciones que existían a la vez en ella misma; porque, por algunas facetas, puedo entender que se la vea y se la proponga como una figura feminista, pero hay otras por las que, definitivamente (y esto es una opinión, por supuesto), no es así.

Independientemente de esto, me parce que la biografía de Frida Kahlo es una lectura de lo más interesante y, por tanto, es mucho más que recomendable.