Las hijas horribles.

Autora: Blanca Lacasa Carralón.

Editorial: Libros del K.O.

Nº de páginas: 238

Año de publicación: 2023.

Sinopsis.

La relación entre madres e hijas está marcada, con frecuencia sospechosa, por la dificultad, el desencuentro o el dolor. Madres e hijas parecemos estar condenadas a no entendernos. ¿Por qué subyace tanta tensión entre nosotras? ¿Por qué es tan común que este lazo sea tan complejo y, en ocasiones, tan perjudicial? ¿De verdad somos todas tan iguales? ¿Por qué, sin embargo, la figura paterna suele percibirse de manera más amable?

Si ellas tienen que lidiar con el odioso cliché de mala madre, nosotras hemos de hacerlo con el de mala hija. Quizá haya llegado la hora de empezar a cuestionarse cuánto hay de verdadero en esto y cuánto de ambiental. Igual ya es hora de dejar de sentirse hijas despiadadas, egoístas y olvidadizas. Hijas horribles.

Opinión.

Este es otro de tantos libros que me he leído por haber visto en redes sociales y, bueno, según el título ya apuntaba a que trataría un tema que a mí, personalmente, me interesa mucho y no es otro que la maternidad.

Para mí, la maternidad hay que visualizarla bajo un prisma morado, ya que no tiene sentido si no se trata desde el feminismo porque la maternidad o ser madre no sólo es tener un hijo. Hay muchas vertientes y muchas modalidades, pero es evidente que todas las madres del mundo, así como las no-madres, comparten una característica que es crucial: y es que todas ellas son mujeres.

Son mujeres que, en muchas ocasiones, traen al mundo más mujeres y todas ellas se van a desarrollar bajo el manto del patriarcado, que lógicamente va a influir en las relaciones que se establecen entre ellas. Tanto, que hace unos años se estableció el concepto de malamadre y la autora nos trae esta vez, un poco en consonancia, el concepto de malahija.

Una de las relaciones más potentes que se puede establecer entre dos mujeres es la de madre e hija, entrando en juego ese apego inevitable que se establece en esa unión indivisible. Pero no siempre las relaciones son idílicas; al contrario, pasan por muchas dificultades donde interfieren las creencias, las costumbres, el cambio generacional… y parece que hay veces que madres e hijas estamos condenadas a no entendernos.

Y esto es un poco lo que se pone de manifiesto en esta lectura, que me ha gustado mucho, ya que se exponen diferentes relaciones entre madres e hijas, dejando constancia de diferentes testimonios de mujeres, y se va hablando de diferentes puntos que marcan las relaciones, así como a las propias mujeres.

Me ha interesado mucho cuando trata de la culpa, una de las mejores amigas que podemos tener cualquiera de nosotras (y de lo que el patriarcado se congratula enormemente) al no hacer lo que se supone que se espera que hagamos. También me ha parecido relevante el punto en el que se habla de los cuidados o la brecha de ocio haciendo una comparativa entre hombres y mujeres. ¿Adivináis quién sale bien parado en esto?

Una vez más, no se nos exige lo mismo y todo queda justificado por el hecho de que nosotras somos las que podemos traer hijos al mundo, cuando la maternidad es un concepto muchísimo más amplio y complicado de transitar.

Otro punto importante, y de ahí el título, somos las mujeres en nuestra faceta de hijas (porque no todas somos madres, pero sí todas somos hijas) y cómo muchas veces nos hacemos mayores y es terriblemente costoso conseguir que se nos trate como mujeres adultas y no como aquellas niñas que alguna vez fuimos. Problemas primermundistas que seguimos arrastrando…

Otra de las cosas a destacar, y que me ha gustado mucho, es que hace muchas referencias a otras lecturas, así como a películas donde se pone de manifiesto el tema en concreto que se esté tratando en ese momento. Al final, la maternidad es un tema ampliamente representado en el arte y la autora nos pone en la pista dándonos esas referencias.

En resumidas cuentas, es un ensayo en el que se tratan muchos puntos interesantes que se deben seguir trabajando como sociedad. A nivel de lectura, se lee fenomenal porque todo lo que se explica es claro y conciso y tiene párrafos muy interesantes (de hecho, tengo el libro bastante marcado). Los capítulos son cortos y los testimonios aportados muy interesantes. Con alguno de ellos te sientes identificada y con otros, quizá, no tanto, pero son todos ellos dignos de leer para permitir que nos ubiquemos en la complejidad que supone este tipo de relaciones familiares y el problema de su no-evolución.

Lo que más me ha gustado de la lectura:

– El tema que trata y cómo lo trata. Creo que las diferentes exposiciones van siguiendo un hilo conductor muy interesante.

– Capítulos cortos.

– Los testimonios de diferentes mujeres.

– Referencias bibliográficas y cinematográficas.

Lo que menos me ha gustado de la lectura:

– Se me ha quedado corta.

¿Recomendaría esta lectura? Sí, sobre todo aquel lector/a que esté interesado/a en leer sobre temas feministas y/o maternidad. Me parece que es muy interesante ver ese punto desde la figura de madre, así como desde la figura de la hija. Es una lectura entretenida y amena, con la que se reflexiona sobre distintos temas que nos afectan (no sólo a las mujeres, ya que el feminismo es cosa de todos) y que aporta una amplia bibliografía que nos permite seguir conociendo este tema.

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